Blog de Alfredo20032

Comentarios, desde la izquierda, de la actualidad política y social, con referencias esporádicas a otros temas más o menos relacionados.




26 marzo 2018

Vanidad curricular

Hace 50 años, en mi época de estudiante universitario, solo había dos opciones de titulación: la licenciatura y el doctorado, no había, salvo contadas excepciones muy especificas,  ningún máster que pudiera complementar tus conocimientos.

La inmensa mayoría de los universitarios nos conformábamos con obtener una licenciatura, solo unos cuantos, habitualmente porque querían dedicarse a la docencia o a la investigación, optaban por seguir los cursos de doctorado. 

En los últimos años ha aparecido una gran oferta de títulos de master para completar los estudios de grado (la antigua licenciatura). Las razones de esta oferta son variadas y de distinto tipo.
  • La diversidad de conocimientos que no se pueden abarcar en una licenciatura típica.
  • La necesidad de mejorar el curriculum para obtener mejores ofertas de empleo.
  • La búsqueda de financiación por las universidades publicas y privadas.
Si se presenta un titulo universitario o un master en una oferta de empleo o en una oposición, se tiene que presentar también la documentación que acredita que han realizado los correspondientes estudios pero si, como parece cada vez mas frecuente en algunos responsables políticos, el interés del titulo es solo adornar el curriculum, puede caerse en la tentación de auto adjudicarse un titulo que no se posee pensando que nadie se va a tomar la molestia de comprobarlo.

El primer caso que tuvo notoriedad fue el de Luis Roldan, que antes de que empezaran sus aventuras por el mundo con el dinero robado, se adjudicó en su curriculum un titulo de Ingeniero Industrial que nunca había obtenido.

Recientemente el periódico Infolibre publicaba algunos casos de personajes relevantes que  habían engordado su curriculum con titulaciones que no poseían.

No es facil descubrir estos engaños, si no se filtra la información por algún medio, un chivatazo, normalmente de "fuego amigo" originado en las propias filas. En alguna otra ocasión, "por la boca muere el pez" como fue el caso de un responsable político local que, después de tener publicado durante varios años que poseía un titulo universitario, confesó en una entrevista de prensa que no ha terminado sus estudios.

El caso de Cristina Cifuentes, que todas las informaciones apuntan a que es una falsedad, no es por tanto en si mismo extraordinario aunque si lo es  el hecho de que no se haya limitado a inventarse el master sino que, además, parece que ha contado con la complicidad de algunas autoridades académicas de la Universidad Rey Juan Carlos y eso es mucho más que un engaño, es un fraude y quizá un delito que, de no dar explicaciones convincentes debe acabar con su dimisión, arrastrando de paso a sus cómplices académicos.


19 marzo 2018

Hacia la sociedad del miedo


España es un país pacífico, con unos indices de criminalidad relativamente bajos, somos el tercer país con menor tasa de criminalidad 44.3 delitos penales en 2015, frente a una media de la UE 15 de 61,3. Por otro lado somos también uno de los países europeos con un código penal mas duro como demuestran las estadísticas de estancia media en prisión 16,9 meses en España frente a una media de 7,1 meses en Europa (Informe ODA 2010/2011).

Esta situación de relativa tranquilidad, no es impedimento para que en alguna ocasión puedan aparecer situaciones terribles que la sociedad rechaza de forma unánime, como ha sido últimamente el secuestro y asesinato del niño de 8 años Gabriel Cruz ejecutado, según todos los datos, por la compañera sentimental de su padre.

Casos como el de Gabriel despiertan el rechazo absoluto de toda la sociedad, al mismo tiempo que  pone de manifiesto la impotencia que siente la ciudadanía por no saber como evitarlos. Esta impotencia es probablemente una de las razones por las que en momentos de máxima indignación social tiende a pedirse el endurecimiento de las penas como si ese endurecimiento  tuviera un carácter disuasorio para los posibles criminales. En el caso de España se ha generado un fuerte movimiento en defensa de la prisión permanente revisable, figura aprobada unilateralmente por el PP en 2015, que está  recurrida y pendiente de resolución en el Tribunal Constitucional y que muchos pensamos que es un paso hacia un estado más autoritario, con las libertades más limitadas y sin que tenga ningún efecto real en la reducción de la criminalidad

Un factor que probablemente esté teniendo una importancia decisiva es la creciente tendencia hacia el escándalo, rayando el amarillismo en muchas ocasiones, de muchos medios de comunicación, entre ellos y especialmente las cadenas más importantes de TV, que utilizan estas terribles situaciones para hacer demagogia transmitiendo la imagen de una sociedad supuestamente sumida en la criminalidad mas lamentable. Los 15 días que duró la búsqueda de Gabriel fueron televisados en tiempo real por las cinco cadenas mas importantes, la pública TVE y las privadas Antena 3, la Cuatro, Telecinco y La Sexta, en dura competencia entre ellas por ganar cotas de audiencia. Su insistencia en estar en el centro de las operaciones llegó incluso, a poner en dificultades a los servicios encargados del operativo policial.

Los bulos que aparecen en las redes sociales también contribuyen a generar temores infundados. Hace pocos días se difundió una supuesta circular de la policía nacional dando consejos, por lo demás muy elementales , para tomar precauciones  que eviten que nos secuestren a los niños.


Esta circular, que la propia policía denunció como falsa, tuvo una amplia difusión con ocasión del secuestro de Gabriel, a pesar de que este niño fue secuestrado  por una persona de su entorno familiar y no por un desconocido.

Todos estos movimientos parecen tener la intención de atemorizar a los ciudadanos, para, seguramente justificar  actuaciones de recorte de libertades como la Ley mordaza o la prisión permanente revisable.

La trampa del miedo, como decía José Luis  Sampedro, es muy eficaz para controlar a la sociedad


13 marzo 2018

Primavera caliente


Desde un punto de vista social, la Primavera de 2018 se presenta muy  caliente.

Los movimientos feministas han aprovechado la fecha simbólica del 8 de Marzo para poner de manifiesto la situación en que se encuentra la mujer en los diversos ámbitos, laborales, familiares y sociales, incluyendo como punto clave, la violencia de genero que año tras año se sigue produciendo.

El impacto de la huelga de dos horas convocada por los sindicatos y las enormes manifestaciones que han recorrido las calles de muchas ciudades españolas, ha sido enorme, solo comparables en los últimos años con las del NO A LA GUERRA de Irak, y muy superior a la convocatoria en otros países. Las mujeres españolas, más del 50% de la población, han demostrado que han llegado a un limite que no están dispuestas a tolerar. Es imprescindible que los partidos políticos de izquierdas y los sindicatos de clase, cada uno en su ámbito, pongan manos a la obra y empiecen a elaborar alternativas, más allá que la mera descripción de los hechos, para empezar a salir de esta situación. 

Mención aparte merece cambio necesario de actitud que sobre la corresponsabilidad en las tareas del hogar y en la atención a los menores, debemos tener los hombres. La inercia social es muy fuerte y los cambios son inevitablemente lentos pero es necesario hacer un esfuerzo  importante de cambio de actitud que acelere estos cambios

Los pensionistas por nuestra parte hemos empezado también una serie de protestas continuadas debida a la casi congelación de las pensiones 0,25%), por quinto año consecutivo.

Esta situación de congelación se ve agravada por las insultantes pensiones vitalicias que cobran muchos ejecutivos y banqueros y las lamentables declaraciones de relevantes personajes como el gobernador del Banco de España, que pretende que cedamos las viviendas, seguramente a fondos buitres, a cambio de una pensión vitalicia o las ideas de casquero del presidente de la CEOE, que acabará haciendo bueno al delincuente Díaz Ferrán, pretendiendo extender la edad de jubilación a los 75 años.

Ciertamente los pensionistas han resistido mejor la crisis a pesar de la congelación, debido a la baja inflación de los últimos años, pero la recuperación económica está empezando a tirar para arriba de la inflación y la desregulación laboral, que ha dado origen a una enorme precariedad del empleo, ha hecho que muchos pensionistas tengan que soportar  no solo sus propios gastos sino también los de sus hijos y nietos en situación muy precaria. Las pensiones no pueden ser el único ingreso de muchas familias, su papel es proporcionar una vida digna a los pensionistas, no a toda su familia en sentido amplio.

No es extraño que sean los pensionistas y las mujeres, dos de los sectores más castigados por la crisis de los últimos años, los que han decidido salir a la calle a expresar sus protestas. Es seguro que otros sectores sigan por este camino y especialmente los trabajadores, que necesitan que se  recupere los derechos perdidos en la contrarreforma laboral y se recupere el valor de la negociación colectiva.

Algún efecto se va viendo ya, policías nacionales y guardias civiles han alcanzado un acuerdo a tres años para recuperar en parte  los ingresos perdido y los funcionarios están a punto de firmar un acuerdo similar, del 8% en tres años, al mismo tiempo  que se ha incrementado la oferta de empleo público.

Algo se mueve como consecuencia de las movilizaciones pero es necesario seguir empujando  para que el avance sea lo más profundo posible.


03 marzo 2018

President emérito



El diccionario de la RAE define emérito como:

Una persona, especialmente un profesor, que se ha jubilado y mantiene sus honores y alguna de sus funciones.

En los últimos tiempos se han unido a la nómina de eméritos, dirigentes que no provienen del mundo académico sino de la cúpula del poder:

  • Nuestro Rey emérito J. Carlos I
  • El Papa emérito Benedicto XVI

Parece que esta nómina va a incrementarse próximamente con:
  •  Puigdemont I, presidente emérito de la República virtual de Cataluña.
Estos personajes eméritos no tienen autoridad propia, realizan algunas funciones por encargo de los titulares actuales del cargo.

El próximo emérito catalán se está resistiendo a representar ese papel secundario y lleva semanas, amparándose en un grupo de diputados, tan fundamentalistas como él, intentando ser el nuevo president de la generalitat por encima de las leyes y obviando todas las actuaciones  que ha realizado en su gestión del gobierno anterior y que le han llevado a marcharse a un exilio voluntario, para evitar la prisión preventiva por causas penales, en la que ya están algunos de sus antiguos compañeros de gobierno.

Los pasos hacia su inevitable condición de emérito los va dando de forma muy pausada. Después de resistirse a dejar de ser el candidato a president, ha propuesto  como tal a uno de los encarcelados que, previsiblemente tampoco podrá ser nombrado. A lo mejor en el paso siguiente se propone a un diputado libre de imputaciones y puede constituirse un gobierno catalán en condiciones.

Esta táctica oportunista de Puigdemont no parece tener otro objetivo que desprestigiar al gobierno español y a nuestros tribunales en un intento de ganar más apoyos en la sociedad catalana. Los indicadores demoscópicos indican un efecto contrario pues las consecuencias políticas  y económicas de mantener Cataluña sin gobierno efectivo empieza a pasar factura al independentismo que parece estar haciendo un esfuerzo titánico aguantando las ocurrencias de Puigdemont con objeto de no fracturar la cada vez más precaria unidad de los partidos  independentistas.

Los restantes partidos con representación en Cataluña, PSC, Cs, PP y los Comunes, han empezado al menos a moverse, saliendo de una pasividad perniciosa que dejaba  todo el protagonismo a las ocurrencias de Puigdemont y a las maniobras legaloides de la mesa del parlament orientadas solo a ganar tiempo.

Esperemos que el procés llegue pronto a su fin, que Cataluña se normalice y que el nuevo emérito se limite a ser un símbolo que se limite a incordiar durante el tiempo que pueda hacerlo, que probablemente no sea demasiado largo.